2 de junio de 2009

"No estoy hecho para ser amado"

Así se llama una película francesa que he visto en la tele y que de forma premeditada no quise ver en el cine en su día, a pesar de que el título me picaba la curiosidad, precisamente porque a la vez me repelía, vaya usted a saber por qué.

Ahora me doy cuenta de que cuando la estrenaron debí haber hecho lo que uno de sus personajes secundarios dice en una secuencia que resume la película y de paso da respuesta al título, y que me hubiera ahorrado unos fastidiosos cortes publicitarios:

“A veces hay que dejarse de gilipolleces”

En la película ese personaje no se refiere a anuncios precisamente…