21 de noviembre de 2017

¿Metáfora?

Hoy a última hora me he topado con esto:


Tras leerlo, y ¡verlo!…, no he podido evitar que me surgiera un pensamiento automático:

 “¡Caramba, esto parece una puñetera metáfora, pero… ¿de QUÉ?!"

(lo de ‘caramba’ es un modoso eufemismo a la antigua de otra palabra que -ahora que lo pienso- debería haber tecleado, pues casi suena mejor que el sinónimo que ahora si escribo: ‘fornicar’ ¡OPS!...)

Luego he seguido cavilando un rato y me he dado cuenta de que en realidad ese pensamiento y la posterior pregunta me han surgido por una clara influencia del mundo en que vivo, me refiero a internet, las redes sociales esas de marras y mi afición a mantenerme informado (a veces demasiado) a través de la prensa y a los artículos de opinión especialmente.

Y es que estoy tan habituado a las facilonas técnicas de argumentación de tantos, y me refiero concretamente a aquellos, a unos, a estos, a otros, a los de más allá y a los de enfrente, en que acusar de forma más directa o indirecta al contrario de “lo peor de lo peor” de la historia contemporánea es lo normal, que por pura inercia visualizo automáticamente la magnífica oportunidad que se les presenta a tantos muchos. Y además ha ocurrido “en un campo de fútbol”, que aún tiene más chicha si se quiere rizar el rizo.

Y si no al tiempo… (pondré aquí todas las referencias que con seguridad leeré)

En fin, que tras reflexionar un poco, que tampoco mucho, llego a la conclusión de que es una metáfora de… NADA, es una pura y simple anécdota. Me quedo con lo que más me ha hecho gracia, la (semi) imaginaria conversación del operario de la excavadora y el encargado de los derribos:

-         - ¡Ostia macho, quita eso cuánto antes!

-         -  ¡Que no tio!, ¡que eso es hormigón y me cargo la pala…!

-          - ¡Joder!, perdón… quería decir ¡caramba!, pues nada, trae la lona esa y al menos vamos a taparlo…


En fin, nada que no solucione un muy poco metafórico martillo neumático...

19 de abril de 2017

Luchadora, vencedora

Adora las plantas, especialmente las silvestres, es más correcto decir las salvajes, esas que coges –ella lo hace continuamente- un trozo de rama, la pone en la tierra con apenas agua…. ¡y brota!, muy rápido, más bella o más fea pero brota. Hay plantas que nacen, plantas que crecen, y otras que… brotan, brrrrotan…

¡BrRrrOtaN!

Su historia: mala simiente, la peor tierra, apenas agua, casi nada…, muy poco sol, ningún abono, pero… una profunda, desgarrada, y firme elección por vivir, no sólo sobrevivir, ¡VIVIR!, esa planta…, no, esa señora…, no, no es una planta, ni de lejos, es… mi madre.


El profundo y puro inconsciente aliado con la firme decisión del superviviente trae algo MUY poderoso: la sólida y determinada elección –todos somos libres, todos elegimos, por muchos condicionantes que tengamos-, las peores raíces entorpecerán aunque mantendrán la vida, pero a partir de ahí ella elige, incluso más que otros, elige vivir, elige ser, ser y sentir, vivir... viviendo.


Mi madre no es una planta, mi madre es Hulk… , todo arrebato, desbordada generosidad, instintiva bondad, …todo corazón… ¿superviviente? NO, ¡luchadora! y… ¡vencedora!.

¡Te quiero amatxo!