Hoy a última hora me he topado con esto:
Tras leerlo, y ¡verlo!…, no he podido evitar que me
surgiera un pensamiento automático:
“¡Caramba, esto
parece una puñetera metáfora, pero… ¿de QUÉ?!"
(lo de ‘caramba’ es un modoso eufemismo a la antigua de otra palabra que -ahora que lo pienso- debería haber tecleado, pues casi suena mejor que el sinónimo que ahora si escribo: ‘fornicar’ ¡OPS!...)
Luego he seguido cavilando un rato y me he dado cuenta de
que en realidad ese pensamiento y la posterior pregunta me han surgido por una
clara influencia del mundo en que vivo, me refiero a internet, las redes
sociales esas de marras y mi afición a mantenerme informado (a veces demasiado) a
través de la prensa y a los artículos de opinión especialmente.
Y es que estoy tan habituado a las facilonas técnicas de
argumentación de tantos, y me refiero concretamente a aquellos, a unos, a estos, a otros, a los de más allá y a los de enfrente, en que acusar de
forma más directa o indirecta al
contrario de “lo peor de lo peor” de la historia contemporánea es lo normal, que
por pura inercia visualizo automáticamente la magnífica oportunidad que se les
presenta a tantos muchos. Y además ha ocurrido “en un campo de fútbol”, que aún tiene más chicha
si se quiere rizar el rizo.
Y si no al tiempo… (pondré aquí todas las referencias que
con seguridad leeré)
En fin, que tras reflexionar un poco, que tampoco mucho, llego a
la conclusión de que es una metáfora de… NADA, es una pura y simple anécdota.
Me quedo con lo que más me ha hecho gracia, la (semi) imaginaria conversación del operario
de la excavadora y el encargado de los derribos:
- - ¡Ostia macho, quita eso cuánto antes!
- - ¡Que no tio!, ¡que eso es hormigón y me cargo la pala…!
- - ¡Joder!, perdón… quería decir ¡caramba!, pues nada, trae la
lona esa y al menos vamos a taparlo…
En fin, nada que no solucione un muy poco metafórico
martillo neumático...