Mi reino es el de las emociones
lo que sientes
lo que siento
lo que siento que sientes
ningún otro, ninguno más
mi reino es el rey de los reinos.
Pero ese reino, y sólo ese.
Mi reino es el de las emociones
lo que sientes
lo que siento
lo que siento que sientes
ningún otro, ninguno más
mi reino es el rey de los reinos.
Pero ese reino, y sólo ese.
La siempre inesperada angustia me atenazaba, rotunda.
Luché, imploré a la noche y esta me obsequió un caballo suave y poderoso surcando el aire, que explicaba sin mirarme la mentira del dolor, de la falsa ausencia. Un caballo sin alas ¿para que éstas?, las alas las regalaba él, el caballo blanco que soñé.
Después… mientras el avisado dolor queda atenuado, agazapado, la maldita pero amable realidad me arrastra a un dulce y ansiado páramo de soñados caballos blancos, sin alas...