Alex, perdóname
No te he podido llorar…
Y quiero, necesito hacerlo…
Apenas ahora empiezo...
Echo de menos, ¡mucho!...
Tu mirada TAN alegre
E incluso tu mirada TAN triste
Y TAN a menudo ambas a la vez.
Tus cálidos abrazos
Tus pequeños y conmovedores gestos
Tu tímida empatía
Tu a veces esforzada sonrisa
Tu profunda alma TAN limpia e inocente
Pero TAN herida…
¡Te echo de menos ALEX!
Te quiero... ¡TANTO! niña de bucles dorados
y ojos cándidos e inocentes... mi niña... nuestra niña...