2 de junio de 2009

"No estoy hecho para ser amado"

Así se llama una película francesa que he visto en la tele y que de forma premeditada no quise ver en el cine en su día, a pesar de que el título me picaba la curiosidad, precisamente porque a la vez me repelía, vaya usted a saber por qué.

Ahora me doy cuenta de que cuando la estrenaron debí haber hecho lo que uno de sus personajes secundarios dice en una secuencia que resume la película y de paso da respuesta al título, y que me hubiera ahorrado unos fastidiosos cortes publicitarios:

“A veces hay que dejarse de gilipolleces”

En la película ese personaje no se refiere a anuncios precisamente…

4 comentarios:

Andrés Portillo dijo...

"Dejarse de gilipolleces" es más sano que comer acelgas y hacer footing cada. El prolema es que "dejar de hacer gilipolleces" es más difícil que dejar de fumar. Abrazos, Granito.

Granito dijo...

Tienes razón Andrés, tiene su dificultad si, pero a veces le sale a uno de golpe como por iluminación, hasta volver a hacer gilipolleces al día siguiente, como el que coge un cigarrillo sin darse cuenta.
Un abrazo fuerte.

Antonio Aguilar dijo...

Frases como esta ayudan, de verdad, "vamos a dejarnos de gilipolleces", o "a la mierda, por qué no", ayudan a esclarecer las cosas cuando nos empeñamos en darles vueltas innecesarias y engañosas.

Granito dijo...

Gracias por tu comentario Antonio. Y efectivamente, eso pienso yo, hoy al menos, frases así condensan decisiones que debieron ser tomadas sin tener en cuenta tantos temores disfrazados de argumentos.