7 de abril de 2009

Videojuego

Se llamaba HdlR y era un programa muy complejo, en realidad era una fusión de cientos de miles, quizá millones, de otros programas y su característica principal era que enlazaba unos con otros con asombrosa perfección. No era exactamente un videojuego, aunque de ‘juego’ tenía mucho, casi todo, y también bastante de ‘video’, especialmente si vamos al origen latino de la palabra -video, videre, videvim, videtum- ver.

Podías saltar de un juego –un programa- de guerra a otro de estrategia, y de este a uno de convivencia sin darte cuenta de haberlo hecho y cuando tras muchos saltos de uno al otro y de este al primero por fin comenzabas a tomar conciencia de estas transiciones de nuevo volvía la confusión, pues entonces te encontrabas jugando a un nuevo juego en el que se combinaban a la perfección los tres anteriores, con lo que la complejidad del mismo de nuevo te hacía olvidar los saltos, pues la concentración requerida para desarrollar destrezas en moverte en ese nuevo juego era tal que no podías ser a la vez consciente de estar jugando, sencillamente jugabas. Y de nuevo empezaba el ciclo, una vez adquiridas las habilidades necesarias en el siguiente nivel de complejidad comenzabas por fin a tomar conciencia de estar jugando, e ibas directo a perder esa conciencia en el nivel siguiente en el que te encontrabas, sin darte cuenta, y así una y otra vez.

Hasta que por fin desarrollabas la habilidad necesaria para ser un gran jugador, un jugador experto, una especie de Neo en Matrix, la capacidad de pasar de un juego a otro –aunque no era tu voluntad consciente la que hacía que esto ocurriera- sin perder nunca la conciencia de estar haciéndolo, y sobre todo, sabiendo todo el tiempo que estabas jugando.

Y es ahí donde aparecía el fin último del juego, pues entonces llegaba el hastío y el agotamiento y lo único que deseabas con todo tu ser era dejar de jugar. Era ahí cuando debías decidir perder el miedo, todos los miedos, y elegir dejar de jugar el programa de programas, el juego de juegos, el de todos los mundos imaginados por otros y saltar al vacío, al nivel cero de realidad, la tuya. Y para conseguirlo no era suficiente ser buen jugador, ni siquiera ‘realmente’ bueno , lo importante era ser valiente y decidido, consistía más bien en lo contrario, en olvidar todas las habilidades adquiridas y dejarse llevar, sin miedo, como un intérprete de jazz en un momento maestro.

Y entonces..., me he despertado, y me he sentado en la cama mirando al suelo un rato…, que pesadilla, ¿HdlR?, ¿Huir de la Realidad?, ¿estaba soñando?, si, estaba soñando. He hecho café y me he puesto a escribir, no para revivir la pesadilla, más bien para lo contrario, creo.

14 comentarios:

una pez payaso dijo...

Hola Granito! despues de unas semanas de silencio, parece que todos volvemos al "mundoblog".
En relación con tu entrada, sé que es una frase un poco "ñoña", pero yo la uso desde hace tiempo dice algo así como "Sólo los que tienen miedo pueden ser valientes". El miedo genera sustancias en nuestro cuerpo que nos preparan para afrontar riesgos. Usemos el miedo como trampolín y saltemos al vacío...si es lo que realmente queremos.
Un abrazo salado
glup!

Juan Antonio González Romano dijo...

El juego de la vida, en fin, tan difícil y tan apasionante.
Un saludo, amigo Granito.

Granito dijo...

Pues si pececillo, parece que nos hubieramos puesto de acuerdo.

Y efectivamente, supongo que los que no tienen miedo o creen no tenrlo jamás ni siquiera son humanos y/o han perdido el sentido de la realidad.
Otro abrazo marismeño para ti.

Granito dijo...

Juguemos pues Juan Antonio, pero sabiendo dejarnos llevar cuando toque.
Un abrazo.

Carlos dijo...

Muy interesante lo que se ve por aquí, ya lo creo. Programaré mi despertador para esta parada de metro :)

Granito dijo...

Gracias Loky, tu parada ya está entre mis favoritas tambien.

Anónimo dijo...

¿Realmente se despierta de un sueño así?

Granito dijo...

Pues creo que no del todo, era ¿es?, extremadamente complejo y absorbente, de hecho a ratos aún creo seguir dentro de él, esperando despertar...

Saludos Octavio.

churricos dijo...

Deafortunadamente, HdlR es mas que un videojuego, es la pesadilla diaria de muchos que, como bien escribes, no son capaces de saltar al nivel cero de la realidad. La propia. Es la falta de valentia y decision para dejarse llevar sin miedo a lo que realmente uno desea. Es el poder de lo que nos rodea, que llega a anular al nucleo de la verdadera consciencia. Amigo Granito. Creo que hay muy pocos jugadores expertos de HdlR, creo que hay muy pocas realidades autenticas.

Andrés Portillo dijo...

¡Menudo videojuego! Yo era adicto al Tetris, así que este ni le toco, ¿o acaso ya estoy jugando? En fin, lo mejor es que nos dejemos llevar

Un abrazo, Granito, te hiciste rogar.

Granito dijo...

Si Churricos, probablemente es como dices, la realidad de cada uno siempre está más lejos de lo que uno cree, siempre acaba uno siendo un novato en este juego. Saludos y gracias por el comentario tan certero.

Granito dijo...

¡Hola Andrés!, he andado algo ocupado pero siempre vuelvo a la brecha, como tú.
Y también yo fuí adicto al tetris ¡qué tiempos!, y si, mejor dejemonos llevar, aunque no sea tan fácil como parece a veces. Un abrazo.

nihillo dijo...

he oído que van a sacar la segunda parte del juego. no es una continuación, porque HdlR es un juego que uno nunca llega a pasarse, sino un complemento: se llama EdHalV (echarle dos huevos a la vida) y aunque parezca que es de esos nuevos juegos que te enseñan a cocinar, te enseña muchas otras cosas. en realidad te lo enseña todo.

Granito dijo...

Osea, Nihillo, que ese otro juego es uno que te enseña no a sobrevivir sino a vivir..., interesante, jugaremos.