9 de febrero de 2009

Tendencias

A principios de un verano de hace unos tres o cuatro años pasé por unos conocidos grandes almacenes (quizá no les cuesta mucho imaginar el nombre, como decían mis admirados Faemino y Cansado “era una caja que está en Madrid, pero no decimos cuál para no hacer publicidad”), a comprar un regalo de cumpleaños para un amigo y en la planta de caballeros ví unas camisas bastante originales que además no eran excesivamente caras, sobre todo por que la marca me sonaba mucho y hasta me caía simpática, quizá por que las asociaba a las tiras de Calvin y Hobbes y a unos anclajes muy eficaces llamados Klein. Tanto me gustaron que además de una para mi amigo me compré otra para mi.

Estuve usándola un tiempo – también mi amigo- y era tan cómoda que un día decidí ir a comprar otra, y al no encontrarlas en el mismo sitio pregunté a una dependienta, la cual no entendía muy bien a qué me refería hasta que cayó en la cuenta: “¡ah, los pijamas!”.

La verdad es que la situación me pareció de lo más cómica y pasado el ridículo inicial no pude hacer menos que reírme del asunto con dos o tres dependientes más. Y después comprarme otra, perdón, otro.

Por supuesto informé a mi amigo, al cual le hizo gracia el episodio pero al que no le volví a ver puesta la prenda. Yo por mi parte las/los usé bastante aquel verano (con un par…) y nunca nadie de mi entorno notó nada, o no tuvo valor para preguntar, aunque el diseño era tan peculiar que si no te lo decían no era fácil darse cuenta. Desde entonces cuando surge cuento la divertida anécdota, que por cierto me sirvió para enterarme que el susodicho diseñador sólo hace ropa interior, pijamas y similares. No deja uno de aprender.

Y si, ríanse, pero les cuento todo esto porque el otro día en la tele escuché a un experto en moda comentando que ahora están de moda las camisas y chaquetas en estilo pijama, o incluso los pijamas directamente (por lo que cobrarán una pasta supongo) pero "que él, que es un adelantado y supo de la moda antes que nadie, hace ya meses que no las lleva”.

Total, que mi amigo y yo hemos sido precursores mucho antes que este señor. Si es que el que sabe…, no sabe. Y me refiero a los tres, a mi, a mi amigo y a este señor experto.

6 comentarios:

Juan Antonio González Romano dijo...

Te devuelvo la amable visita y me encuentro una muy divertida anécdota.
Podría aplicarse aquí aquello de que "la ignorancia es muy atrevida": te vestiste con un pijama por ignorar que lo era. Por eso mismo, se te disculpa. Lo del gurú de la moda es mucho más preocupante...

Un abrazo.

Granito dijo...

Muchas gracias Juan Antonio, es un placer y un honor verte por esta casa, que apenas está en los cimientos.

Otro abrazo para ti.

Unknown dijo...

No he podido dejar de reirme. Además imagino tus caras, tu ceja arriba y las cómicas situaciones.
Gracias por este momento y Felicidades por tu blog al que, encantada, acudiré de vez en cuando.

Un besazo Peter,

Anónimo dijo...

¿No tendrá nada que ver con esta moda el éxito del libro "El niño del pijama de rayas"?
Los publicistas no se arredran ni ante lo más triste con tal de sacar dinero.
D.M.G.

Granito dijo...

Hombre, no lo había pensado D.M.G., igual si (no creo que los publicistas, más bien gurús de la moda aviesos), o y igual no (¿el inconsciente colectivo?).

Granito dijo...

Muchas gracias Rachel, un besome enormisisimo para ti también.