2 de febrero de 2009

Un poco de... yo (I)

Preámbulo: Arranco realmente con esta segunda entrada este blog en que la primera no era más que un ensayo para comprobar que de verdad funciona esto y que cualquier tontería que uno escriba puede quedar publicada y lista para ser leída por…¿usted mismo?. Aviso que esta entrada y la siguiente serán, supongo (que el inconsciente es muy poderoso y va a su aire y vaya usted a saber lo que dice por su cuenta…), una especie de declaración de intenciones y algo de información sobre mi mismo, y aunque en las siguientes intentaré que el “yo” quede diluido e implícito en cualquier cosa que escriba tampoco tendré reparos en que aparezca, que como dijo alguno (creo que Unamuno) “perdonen que hable de mi mismo pero es el ser humano que tengo más a mano” .

Al grano (dijo Granito): Hace ya siglos, cuando cursaba bachillerato, en un examen de latín en que no tenía ni idea me dio por hacerme el gracioso y escribí al final del mismo algo así como “murituri te salutant, ego te absolvo suspendus homine” (el que quiera que lo corrija, sigo sin saber nada de latín, y conste que no presumo de ello, más bien me avergüenzo) a lo que la muy ingeniosa profesora, que por cierto recuerdo como muy buena docente y mejor persona, me replicó con un enorme cero pelotero y un largo texto a traducir que empezaba y terminaba con dos palabras: “minus ludus”. Pues bien, esa parte de mi que eligió un contexto tremendamente incorrecto para salir es una de las que pretendo que aquí se vea liberada y a sus anchas, esa mi parte “ludus”, la de divertirse y relajarse sin temores, con el punto frívolo de reírse de uno mismo. Que yo soy de esos que piensa que uno debe tomarse muy en serio la vida pero no tanto a uno mismo y que cuando lo hacemos al revés es cuando deberíamos acordarnos de escenificar –y nunca mejor dicho- eso que propongo arriba a la izquierda. Y es que soy muy consciente de que pertenezco a esa clase privilegiada que está en una parte muy concreta de esta bola que se mueve dando vueltas sobre si misma, y que, al menos hoy por hoy, y hasta hoy, tengo solucionadas mis necesidades primarias, incluidas las emocionales, y que por más que a ratos me monte mi personal “drama” en realidad tengo poco de que quejarme. Y concreto más. Entre, por ejemplo, la ópera “Tosca” en la que al final de la misma todo parece que va a salir bien pero termina estúpidamente mal, y un vídeo de broma de cámara oculta cualquiera (verbigracia: Funny Bathroom Mirror Prank.flv - YouTube) en que todo parece precipitarse para la víctima hacia la catástrofe pero que finalmente acaba amablemente bien, creo que mi vida en realidad se parece mucho más al segundo caso, por mucho que a veces me empeñe, cada vez más brevemente, en lo contrario. Y esto es así bien porque es así o bien porque de esa forma lo quiero ver, aunque eso en realidad es lo de menos, lo importante es como lo siento yo al final (...de mis sesudos autoanalisis, podría añadir). Y a lo dicho en el párrafo anterior solo agregaría un par de cosas. Primero que eso de que las cosas terminen ya sabemos que es una forma de hablar, que hombre..., terminar terminar…, ya sabemos donde, en todo caso, termina todo realmente. Y segundo, que -y seguramente alguno estará de acuerdo conmigo- la verdad es que el final de Tosca es casi (o sin casi) tan cómico como el de muchos de esos vídeos, entre otras cosas porque es ficción… Y acabando ya, algunas de mis mini-conclusiones en esta mi vida, siempre provisionales y en permanente revisión, son que cuando uno bucea en el alma (o la psique, o como quieran llamarlo) de uno mismo o de cualquier otro va averiguando que las cosas realmente importantes son comunes a todos los seres humanos y suenan todas muy obvias. Una de ellas es que en realidad todos somos unos inseguros de tomo y lomo y que solemos hacer el tonto más a menudo de lo que creemos, casi siempre cuando menos creemos estar haciéndolo. Y que quieren que les diga…, a mi eso me hace mucha gracia.

2 comentarios:

Esther Cabrales dijo...

Me encanta la cita de Unamuno, y me gustó Un poco de yo. Gracias por compartir.

Granito dijo...

Quizá lo de que me de ahora por compartir se deba entre otras cosas a tratar de hacer justicia con algunos/As que empezaron a hacerlo antes y a los que debo mucho, aunque hasta ahora ellos/As no lo sabían…